martes, 27 de marzo de 2012

Recuerdos

Hoy quise recordar un poco mi pasado con una amiga. Parecía un buen plan, ya que la sola idea de recordar aquellos días usando conversaciones viejas me alegró la noche.

Sin embargo, luego caí en cuenta de mi error...

No fue tan divertido como pensaba, ni tan alentador como llegué a esperar.

Me di cuenta que no importa nuestro pasado juntos, sino que seguimos juntos. Me di cuenta de cosas "malas" que ambos hicimos, y prefiero solo quedarme con los buenos recuerdos.

Estamos aquí gracias a nuestro pasado, pero (al menos por hoy) no quiero seguir recordando...

jueves, 5 de enero de 2012

Tiempo

Tiempo es lo que siempre queremos,
y lo que siempre nos falta.
Desearía haber pasado más tiempo contigo

miércoles, 4 de enero de 2012

Una historia que escribí hace tiempo...

Ahí yacían los cuerpos inertes de mi madre, padre y hermana. No había mucho que hacer. No había pasado mucho tiempo desde que habían muerto. “Seguramente sus almas no están muy lejos de aquí”, pensé.

Eso que pensé, eso que cruzó mi mente, eso precisamente que ya había estado en mí aparecía de nuevo en mi mente y corazón:

-¿Y sí…?

¿Y si estaba equivocado? Todo mi mundo se basaba en esas creencias; creencias que había defendido hasta la muerte. Ideas que no dejaba que otros me contradijeran. Pero… ¿Y si no era así? ¿Y si en verdad podía hacerlo? Todo se basa en el intercambio equivalente, ¿cierto? Dar para recibir, así funciona el universo. Pero no en todos los casos. A veces no importa cuánto demos, no conseguimos nada a cambio. Principios de termodinámica, entropía. ¿Y si esto no se rigiera por esos principios? ¿Y si en verdad podía lograrlo? De lograrlo, los traería de vuelta. De fallar, los vería de nuevo; en el mejor de los casos… ¿Y si no? Nunca podría saberlo. Tenía que ser en ese momento. Si dejaba pasar más tiempo sus almas se alejarían todavía más y todos mis esfuerzos serían en vano.

-No puedo dar toda la energía del universo, pero si puedo dar todo de mí. Entrego todo mi ser. Todo en mi yo. Todo lo que sé. Todo lo que aprendí. Todo lo que sentí. Todo lo que experimenté. Entrego a mí.

Cerré mis ojos y mantuve ese pensamiento. Junté mis dedos derechos e izquierdos como si hiciera una súplica; una súplica desde el fondo de mi corazón:

-Padres, gracias por darme y enseñarme la vida. Hermana, gracias por permitirme ser mi primer aprendiz. Madres, gracias por todas tus caricias, tus abrazos y besos cuando más los necesitaba. Padre, gracias por enseñarme todo lo que sabías y ayudarme a ser mejor que tú. Hermana, gracias por permitirme compartir a nuestros padres.

Con este pensamiento incliné mi cabeza.

-Ofrezco esto… Lo daría todo por verlos sonreír una vez más. Doy todo lo que puedo dar para traerlos de vuelta

Abrí mis ojos. ¿Estaban abiertos? Veía mucha luz. Veía todo y nada. ¿Estaba sentado, parado acostado? No sentía el peso de mi cuerpo, no sentía mi cuerpo. Sentía una presencia, sentí muchas presencias en un solo punto. Un solo ser conformado por muchas, concentrado en un punto y en todos. Visible e invisible a la vez. Todo y nada.

-“¿Lo diste todo por ellos?”, preguntaron las voces

-Sí

-¿Lo harías de nuevo?

-Sí

-¿Por qué?

-Porque sí. Porque daría el mundo por ellos. Porque forman parte de mí

-¿Incluso si no puedes verlos?

-¿Qué más me gustaría? Pero me basta con saber que están bien

-¿Cómo lo sabes?

Porque lo sé

Aquella conversación se hacía en silencio, mientras movía mis labios y producía sonido que no se escuchaba.

Una canción conocida cruzó mi mente y empezó a tocar en mi cabeza. Escuchaba cada nota con atención. Sentía cada tecla, cada voz. Mi canción favorita para ellos, para nosotros.

-Has aprendido más esta vez

-¿Eh?

-Parece ser que has apegado mucho a ellos

-¿A quiénes?

-A ellos

Sabía que hablaban de mi familia

-Sí… ellos… Elegidos por mí, son mi recompensa. Mi elección, puesta a ante mí para aprender y ser feliz.

-Parece que lo entiendes mejor esta vez

-¿Esta vez?

La voz rio un poco.

-No es la primera vez que los elijes

-¿Eh?

-Sabes de lo que hablamos

Era cierto, lo sabía. Parecería que había elegido a mi familia en más de una ocasión. ¿Tanto así los quería?

-¿Cambiarías algo?

-“Ya lo sabes… porque yo ya lo sé”, dije mientras sonreía

-¿Deseas avanzar a lo que sigue?

-¿Estarán ellos allá?

-Sabes la respuesta a eso

Sabía que no. Ellos seguían atrás. Yo estaba aquí, y quería avanzar. Pero no podía hacerlo sin ellos.

-No… No puedo irme sin ellos. Tengo que…

Pero no podía seguir hablando.

Se me formó un nudo en la garganta, y solté una lágrima.

Sonreí.

-¿De esto se trata?

-Vas progresando

-Tengo que volver con ellos para ayudarles a avanzar, así como ellos lo han hecho conmigo. Me siento listo para partir, peor no puedo irme sin ellos.

La voz parecía estar sonriendo.

-Siempre has sido así. Desde que te creaste así has sido

-No entiendo

-Será en otra ocasión que entiendas

-Debo volver y ayudarlos para ir juntos a lo que sigue

-Ya sabes lo que quieres. ¿Qué esperas? Pero recuerda, al volver olvidarás muchas cosas…

-“Y las aprenderé de nuevo”, sonreí de nueva cuenta

La voz sonrió

-Nos veremos de nuevo…

Sonreí… cerré mis ojos, abrí mis ojos. Era yo de nuevo, pero no sabía que era yo. Sentí un latido… Sentí al mundo de nuevo…