lunes, 12 de julio de 2010

La duda

La duda

Los que critican el momento violento y llaman a "cambiar la estrategia" no tienen una idea mejor a compartir.

Pedro Ferriz

No hay nada más grave que dudar cuando se está al frente al timón. Si el camino es complejo -como hoy- el liderazgo no puede tambalearse. Luego del atentado al candidato al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, el presidente Calderón llegó dando la sensación de una profunda confusión a buscar diálogos y consensos con todos los actores políticos y sociales. En menos de 48 horas hizo tres llamados nacionales para encontrar eco entre sus detractores y críticos. Se atravesaron las elecciones del 4 de julio y nadie -digo nadie- se puso a modo para entrar a un acuerdo político con el Presidente sobre la forma de atacar el problema de la ilegalidad generalizada en la que nos encontramos inmersos. Esos mensajes dubitativos dañan a la República. Siempre imagino lo que está pensando el otro lado del conflicto. Mientras la delincuencia ha tomado en serio su respuesta, dando contundentes muestras de determinación, Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, proclama a los cuatro vientos que "la sociedad entera se encuentra a la espera de que el mundo político se ponga de acuerdo para dar respuesta a nuestros más apremiantes problemas". En otras palabras: El Estado duda, mientras que la delincuencia marca el camino con su férrea determinación. No Señor Presidente. Estoy seguro que le habrán llegado comentarios sobre su desempeño. Le han hecho sentir que esa no es la forma. Que nos metió a todos a un esquema violento del que ahora no sabe cómo salir. Que la estrategia debe cambiar. Y me pregunto, "¿Así habrá dudado Churchill cuando sólo tuvo sangre, sudor y lágrimas para compartir con sus gobernados? ¿Será que Roosevelt equivocó el camino, porque no llamó al diálogo antes de tomar la decisión de meter a Estados Unidos a una conflagración mundial? ¿Debe someter Felipe Calderón a un consenso nacional su determinación de someter a todo mexicano a la férula del Estado de derecho? No mi querido Presidente. Los que critican el momento violento por el que transitamos y llaman a "cambiar la estrategia" no tienen una idea mejor a compartir. Ni se les ha ocurrido una salida genial para forzar a la armonía. Eso sí, aprovechan bien un momento de duda. Juegan con el lógico dolor que todos sufrimos, para desfigurar la cara de su liderazgo. Yo creo como usted, que México tiene que poner orden a tanta ilegalidad. Sé que el asunto no se arregla con ofrendas florales, discursos o buenas intenciones. A la delincuencia sólo se le pone en orden con determinación y fuerza... ¡ah! y tiempo de aplicación. Así como tomará tiempo que todos aprendamos a actuar en el marco de la ley. Así también la delincuencia habrá de aprender que aquí no se juega en la ilegalidad. Y si es el caso, pues entonces se habrá de pagar por ello. Estoy muy preocupado por su llamado "al diálogo". Más bien da la impresión que es su primer movimiento en el que recula. El peor momento para mostrarse débil. Nunca nadie al frente de una responsabilidad así de grande, puede darse el lujo de un devaneo en la base de sus objetivos. Esta es una guerra de principios. Por la honestidad. La salud mental de nuestra juventud. La abierta voluntad a no convivir con un submundo salvaje e implacable. No puedo entender el sufrimiento de esta expiación, más que sólo si esto nos lleva a un contundente resultado. Hemos consultado por nuestros medios, si la gente quiere que la lucha continúe. La respuesta es contundente. La gente consciente y educada de nuestro país quiere que la lucha siga hasta el final. Los otros que van a acabar opinando, son los mismos de siempre. Los que escamotean resultados. Los que comercian con la confusión. Los que lucran con la duda. Duda que no puede ser nuestra. México no puede dudar.

2010-07-12 05:00:00

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