Una cosa lleva a la otra, e inevitablemente se toca el tema que nadie quiere tocar. Un tema que lo he tocado en este espacio, pero que me cuesta hablarlo fuera del mismo. Un tema que me cuesta trabajo expresar de forma oral...
Me he dado cuenta que el humano sigue buscando esa conexión con los que nos han dejado. Buscamos de manera desesperada mantener ese vínculo y no aceptar el hecho de que esa persona ya no estará con nosotros. Queremos acercarnos al lugar de descanso de esa persona y hablarle como lo haríamos cualquier otro día. Pretendemos que esa persona leerá en nuestros blogs y comentarios de las redes sociales.
Al final, esto se vuelve en una búsqueda por mantener ese vínculo, por tener algo más tangible. Buscar a esa persona en la infinidad de este mundo resulta imposible, y por eso la ubicamos en un lugar, en una cosa. Ese lugar y esa cosa pueden variar: algunos consideran que tienen una estrella más en su cielo, otras un ángel; otras personas son más tangibles y buscan hablarle a una tumba o a un frasco....
Como sea, buscamos tener lo más parecido a una conversación, ya que hablarle al viento no parece ser la mejor conexión...
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